martes, 17 de noviembre de 2009

Un regreso vale más que dos olvidos

OK, se termina el año y aquí estoy. Antes ausente, ahora presente.
Compartiré estas poesías mal tituladas, porque una de ellas recibió un elogio de mi mejor amiga y coautora.
Disfruten. O sufran...

POEMAS CRUELES PARA UNA NAVIDAD NEGRA
-
.
Amor es una palabra fácil
connotaciones mil, también dolor
como un ave que atraviesa
realidades diversas
Un corazón no puede romperse
pero sí rasgarse por todos lados
espinarse profundamente
desangrarse con cada latido
Mi vida está llena de amargura
noches frías y siniestras
La muerte que no me lleva
me espera con rosas negras

Somehow I
ended up
on a deep dark
deep dark hole
Stories they told me
buried my life
noises, black horses
no light
in my heart
A white moon
an old voice
a whole noon
waiting surprise
Can u feel your soul
bleeding venom?
I can feel hell
all around me
Sueños de azúcar
una espina puede parecer
inofensiva
Montañas a la distancia
ángel cantor
Desesperado intento
de morir
Mañana blanca
quimera inútil
las llaves no abren mi puerta
el sol parece mojado
Tarde se hace
me estoy soñando
lágrimas sin sal
campana quebrada

jueves, 15 de octubre de 2009

Just a few seconds after you told me goodbye i was ready to ask you, i was ready to hear the answer I do not want to know…

Some things are no quite right, some things just do not fit, i used to think you may care about me, but these days had proved me wrong…maybe i wait too much of you. Maybe you asked too much of me.

Slowly I’ll forget you, slowly I stop thinking of you…slowly. Time takes care of things, takes care of broken hearts and dropped tears.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Te Amo

Me siento nuevamente frente a tus ojos, tus grades ojos negros, tus penetrantes ojos. Me siento y te miro fijamente, te miro de frente con mis ojos llenos de esperanza. Te miro suplicando una señal, te miro ansiando encontrar en tus ojos el amor correspondido.

Hablo con vos sin dejar de mirarte, pero no te digo nada, no desnudo mi alma ante vos. Hablo con vos sin hablarte en realidad, solo balbuceo palabras que no tienen sentido. Hablo con vos mientras te miro y sigo esperando que me correspondas. Hablo como si hablando con vos de nada, repentinamente hablemos de nosotros.

Y al final de la charla me levanto de nuevo sin respuestas, mirándote, esperando el beso de despedida, el beso que marca el final de una nueva charla, de una nueva oportunidad para mirarte fijamente y decirte “te amo”.

miércoles, 12 de agosto de 2009

LA MÚSICA ...


DALE PLAY! ;)



... Y CONTINUAMOS

XV


Sueño que tuve: Estoy en un enorme palacio. Las ventanas sólo me muestran un cielo profundo. Todo es cielo. Arriba y abajo también. Hay pocas nubes y plantas en las paredes. Tienen flores.
Si subo, siempre encuentro pasillos llenos de puertas. No quiero abrir ninguna; me siento insegura aunque haya pasado toda una vida aquí. Ha de ser por la soledad.
De repente se oyen unos sonidos. Son música. Música que se define a cada paso que doy.
Llego ante una puerta. No quiero abrirla pero quiero saber quién es la fuente de música.
Al apoyar la mano en el picaporte, la puerta desaparece. Estoy en un enorme salón decorado con telas, flores y luz proveniente de un enorme y colorido vitral.
Hay un piano negro, las teclas son todas negras también, hasta las cuerdas. Las manos no, aunque él está vestido de negro. Él.

-

XVI

El salón se vuelve oscuro lentamente. La canción siniestra continúa ejecutándose en el piano y el caballero se incorpora, su rostro cubierto por una máscara negra.
Los rayos de la luna se refractan en mil colores a través del glorioso vitral. A su luz, él toma mi mano enguantada y me lleva danzando alrededor. Poco a poco voy perdiendo conciencia del sitio en que estamos, sólo damos vueltas sin preocupaciones; sólo la música y los destellos que no paran de girar son nítidos en este momento.
No puedo decir cuánto tiempo estuvimos así. La oscuridad, cada vez mayor, me cegaba lentamente. Tan sólo sus manos eran visibles.
Parecía que podríamos permanecer así por milenios, cuando sobre mis labios sentí un cálido beso. En ese momento, desperté.


domingo, 19 de julio de 2009

Intento D

Nada del amanecer quedaba en la habitación de Mary. Sus ojos habían llorado largas horas en la oscuridad de esa madrugada, pero nada pudo retroceder. El aire se hizo frío, la noche larga, la mentira verdad y el tiempo agua. María se desdibujaba en un torbellino de neblinas y misterios. De pronto, no estaba allí. Sólo la vacilante oscuridad, que se retiraba ya y cerraba la puerta. La luz solar se abría paso y ese no era más el cuarto de María, era del sol, del tiempo y del amanecer.

viernes, 17 de julio de 2009

Some intents

A
In a rainy street, at night, a lonely woman walked away.
The town seemed to be empty, the street lights didn't lit her way, just the road. In an attempt to suicide, the woman stopped on the middle of a bridge. The cold water was calling her name, the wind, the rain, everything seemed to be a unique element, strongly convincing her that her destiny was to end her life in that precise moment...
But, no. She continued walking away. Decided that there were no destiny at all, that you are the owner of your time and lord of your decisions.

B
Destroyed, his life suddenly hadn't got a purpose to be. Unveliebably, everything had ended with a simple word, "no". Yeah, it was the end of something, a complete chapter of dreams, of coloured illusions, now finished. Suddenly, he wasn't the same person, an idea was clearly growing on his mind. To kill or to let himself die? It was not easy at all.
But, why trying to choose one of them?...

C
En el desierto, parece más fácil darse por vencido, dejarse morir, por la simple noción de que cualquier esperanza es y puede ser ridículamente remota. En situaciones límite, lo único que nos viene a la mente es ¿Y ahora qué puedo hacer? o cuestionamientos semejantes. No me gusta para nada sentirme así, me hace débil, pequeño. Sin embargo, ¿es correcto sentirse bien sólo por considerar que existen situaciones que escapan a nuestro control? Es decir, pensar en los miles de niños que mueren de hambre en el mundo y a su vez ser plenamente feliz, por las simples deducciones lógicas de "no cambiaré nada afligiéndome por ello", "yo nunca deseé que eso pasara" o "no soy quien puede evitar eso" y semejantes, son, a mí parecer, mutilaciones del espíritu, torturas de la voluntad humana, que así como se caracteriza por bajezas perversas, también lo hace por inclinaciones a la sensibilidad. En fin, una monstruosidad, vista desde mi punto de vista.

martes, 26 de mayo de 2009

POEMS

Dark Romance

Dame lo que parece tan real,
tan poco usual, una lágrima inusual.
Que escapa de tu realidad.
No quieres aceptar;
todo esto se te viene encima
¿A dónde van los sueños rotos? ¿Dónde esta la felicidad?
Escondida, talvez, en una inútil ilusión,
Siempre puedes sonreír, de vez en cuando pensar que vale la pena vivir
y de repente se acaba el mundo en un dos por tres.
Solo estás, muy solo estás ¿a dónde ir?
Si nadie me espera…

Como la luna errante siempre dando vueltas,
la tristeza en distintos puntos de vista.
Un día quizás te encontraré.
Abrirás mi corazón no imagino cómo.
Verás todos los escombros y los pedazos de cristal.
Y en medio de todo eso,
te sentirás perfectamente
y traerás la luz dentro de mí…

Un día quizás…
Ilusión que no murió aún.
Te encontraré de forma no imaginada.
Tal vez…
llorando en la oscuridad
de infinita soledad,
como yo


Oscuro Romance

Even when sun shines
there’s black hope in my heart.
Useless hope, successful illusion;
dreaming about ending
this painful loneliness
with a word said,
a kiss given,
a life shared.

No time to loose.
No reason to be alive.
Sometimes, I forget my sorrow
and believe am happy.
Suddenly, where are you?
Do you wait for me as I do?
Did you have the same dream?
Walking together down the moon,
perfectly complete.

The stars shine and we cannot stop them
Time goes by, I still dreaming
Somewhere in the world
Somebody can understand me...

Illusion still not killed.
Moonless midnight lighting my way
faintly, dying.
My heart waiting asleep.

jueves, 14 de mayo de 2009

Lo que sigue



XII


Qué curioso sentirse así... Y pensar que había olvidado aquellas palabras de mi difunta abuela, que en paz descanse. Ella siempre me decía: En algún lugar del mundo hay una doncella que aguarda por ti. Cuando la veas sabrás que es ella, pero antes no tendrás idea de dónde hallarla. Si debes recorrer todo el mundo, ¡adelante! ¡Tu corazón recibirá la recompensa!
En un instante, me imaginé bailando con ella, suavemente, una canción tan hermosa que no se puede imaginar.
¡Es ella! ¡ES ELLA! ¡Mi dulce princesa existe y la tengo ante mis ojos! Me lo dice el corazón, ¡sin duda ella es la indicada para mí como lo soy yo para ella!


XIII

Este chico se ha quedado callado… Espero no haber dicho algo inadecuado…
-Eh… Bueno, no; en realidad vine hasta aquí para ofrecerle mi más sincera disculpa por lo que hizo mi madre, fue tan… alocado. Espero pueda perdonarnos…-
Lo de la lágrima fue preocupante, pero ahora su expresión no era tan fácil de adivinar… ¿Estaba serio o enojado?
(Incómodo silencio)
-Por favor, no se sienta mal. ¿Qué puedo hacer por usted?- mi voz se oyó casi suplicante (!)
Para mi sorpresa se quitó los lentes con una mano y con la otra tomó mi derecha.
-¿Me concede esta pieza?- propuso con franca sonrisa.
-…Con gusto.- Con tal que olvide el incidente…
Caminamos, con las palmas unidas, hacia fuera. El grupo salsero había sido sucedido por una señora con vestido rosa que cantaba boleros (que típico…)
Con sonrisa suave y movimientos seguros, me posicionó para danzar, (¡jamás podría haberlo hecho por mí misma! ¡Qué inútil soy!) y luego dijo:- Dime tu nombre, por favor.- con marcado acento español.
-Eso, no es importante, ¿no?- ¿Qué? Ha de haber sido el alcohol…
-Por favor.- repitió serenamente.
-Anahí…- Definitivamente era el alcohol, y el cansancio también hizo su parte. Recuerdo que por alguna razón me sentía perfectamente a gusto allí, balanceándome (ni bailar bien podía) en brazos de un músico desconocido. Por suerte no me faltó mi balde de agua fría.
-¡Anahí!-
-¡Alejandro! ¡Qué hacés ahí!- ¡Es verdad! ¡Yo creía que estaba bailando con él!
-¿Qué? Me mandaron a buscarte. Tus padres te esperan afuera-
Mi cerebro no funcionaba a la velocidad requerida, pero…
-Estoy muy feliz por conocerte hoy.- decía el músico -Nos volveremos a ver.-
-No creo- dije mientras Alejandro me llevaba de la mano fuera de allí.
Pero pensándolo bien esa no fue una pregunta.


XIV

Ya no recuerdo el regreso a casa. Detalles como esos no se retienen en un estado soporífero como bajo el que yo estaba. Ni la preocupación ni el recelo (características principales de mi personalidad) me cabían, sólo deseaba apoyar la cabeza en la almohada.
En esas capté unas palabras de mi papá: Es igual a vos, te dije que mejor que no le dejés tomar nada raro.
¡Un momento! ¡No puedes compararme con ella así sólo por que el alcohol me hace efecto en cantidad y tiempo similares!
Por supuesto, no lo dije. Sólo me dormí…

martes, 12 de mayo de 2009

m i c r o f i c c i ó n


La mirada se perdió por la ventana, viajó hasta el horizonte, volvió y se paró en la esquina, saltó hacia el río y subió hasta el cielo. Cansada, se embriagó en el televisor.


jueves, 16 de abril de 2009

+ FICCIÓN +

Y continúa de esta manera...


IX
Luego de esa conversación se aligeró mi alma. De alguna manera purgué la pena. Ya no pensaba tanto en el pasado como fantaseaba sobre el futuro. Una mañana llegaron los resultados de los parciales por carta. De mis seis materias, promocioné cuatro y las otras dos las regularicé. Mis ingenuos padres se pusieron taaan contentos...
-Dale, Anahí. Tu papá nos va a dejar a todos sordos.-
Otra vez el concierto de solo de Klaxon en Do Mayor ejecutado por Alfredo Regazzoni con mucho cariño, para todo el vecindario.
-¡¡A-na-hí!!- Mi mamá abofeteaba la puerta salvajemente y no tuve otra que salir.
-Bueno, vamos, apurate- dijo al mismo tiempo que contemplaba el bonito vestido celeste que no me ponía hace tanto tiempo y que finalmente, esa noche, cedió a mis esfuerzos.
Metidas en el auto, mi papá pisoteó el acelerador y partimos.
-Espero que no esté feo el tránsito. Estamos ajustados de tiempo-
-¡Ay! ¡Imaginate si los de los Ríos decidieron llegar antes! ¡Nos van a esperar mucho más!- exclamó mi mamá.
-Vos y tu imaginación son el dúo dinámico del año- respondió mi papá.
En ese momento a mí se me ocurrió preguntar cómo me veía con ese vestido, estaba muy ansiosa, pero decidí que era mejor que no se note y permanecí callada.
Cuando llegamos, ya estaba tocando la banda invitada “Los derechos de la cueva” (por favor, que imitación más barata); por supuesto, la mayoría de los comensales ya habían comenzado a comer.
Hallamos la mesa reservada desierta. “Ay, menos mal. Aprovecho para ir al tocador” y se fue mi mamá bastante agitada. Sin embargo, reconocí al señor De Los Ríos cerca de la entrada y luego vi a la familia ingresar y acercarse a nosotros. Pero algo no encajaba. Una señorita muy elegante venía al lado de Alejandro.

X
-Permítanme presentarles a nuestra sobrina, Julieta Jazmín De Los Ríos.- anunció el papá de Alejandro.
-Ella, al igual que Ale, es hija única y ambos se quieren como hermanos.- informó su madre, embelezada.
-Buenas noches, es un placer.- dijo ella y nos saludó a todos con un beso maquinal.
“Así que esta es la voz desconocida que había oído por teléfono. Es mucho más desabrida al natural.”
Luego de eso, el resto de los De Los Ríos procedió al saludo.
-¿Cómo estás?- dijo Alejandro al acercarse.
-Bien- respondí mientras él me besaba la mejilla y extendía un poco el brazo. Sentí que metía algo en el bolsillo de mi saco, pero antes que pudiera decir nada oí el suave ¡shhh!
Todos tomamos asiento. Estaba separada de Alejandro por una silla ocupada por mi madre y quedé justo frente a la insípida. Como podrán notar soy demasiado celosa. Lo sé, es demasiado exagerado si me pongo celosa de un familiar, pero en este caso mi desagrado por ella no sólo era por eso; el sólo verla me provocaba repugnancia. Creo que si ella hubiera sido mi prima no hubiera sido distinto el sentimiento.
Luego de ordenar se inició una conversación trivial acerca del trabajo; mis padres son médicos y los De Los Ríos tienen una farmacia, creo que se conocieron en la Universidad de Córdoba en el último año o algo así. Yo estaba más interesada en ver que era el papel que Alejandro me había dado. Se me ocurrió un buen plan:
-Con permiso. Voy al baño.-
-Tocador, hija, tocador.-
“Whatever” dije en voz baja mientras me retiraba.
Con la puerta cerrada, abrí el papel. Decía:

154750023
demasiadoruidoso.blogspot.com
A.D.

“¿Nada más? ¡Uf!” Busqué en mi bolso una lapicera y un trozo de papel. Escribí:

7dreams@gmail.com
pero quiero hablarte ahora
Ana

Estaba poniendo mi nombre pero por si acaso lo dejé así. ¿Cómo haré para dárselo?
Salí y fui hasta el espejo a revisar mi apariencia. Vi mi desorientada expresión y luego de un instante se me ocurrió escribirle un mensaje de texto. “¡Cómo no lo pensé antes!”
Envié el mensaje a medio camino de regreso a la mesa, presionando el botón del celular en mi bolsillo. Me senté y empecé a comer mi pollo con champiñones.
El mensaje llegó mientras engullía el pollo. La señora De Los Ríos dijo: ¡No puede ser, Ale! ¡Apagá ese celular! ¡Qué vergüenza!
Maldito restaurante de etiqueta. Alejandro obedeció a la madre, sin siquiera mirar el celular, pero después de apagarlo me vio viéndolo y me guiñó su ojo izquierdo.
No sé si se notó pero sentí calor en la cara y me agaché un momento para disimular.
Era una cena propiamente dicha. Casi nadie hablaba, y los que lo hacían se dedicaban mucho más a comentara la comida que a otro tema la comida que al diálogo. Resulta que la comida estaba exquisita.
-Este verano nos iremos a las costas- divulgó campante la señora de De Los Ríos -¿ustedes?- inquirió luego.
-Eh, pues lo hemos estado pensando y decidimos no vacacionar este año- anunció mi padre, quien ciertamente había llegado muy solo a esa conclusión. Estaba en lo correcto; justo entonces mi madre empezó a toser por haber oído la noticia mientras bebía.
-¿Estás bien Laurita?- dijo preocupada la señora De Los Ríos.
Mi madre tosió un poco más y dijo con la voz ronca y los párpados apretados
-Perfectamen… ¡Perfectamente!-
Pobre, tenía tantas ganas de ir a Mar del Plata…
Hace años que no nos vamos de vacaciones. Primero fue por el trabajo de papá. Más bien dicho por el fanatismo al trabajo de papá, pero el se jubiló el año pasado. Yo empecé la Universidad este año y él anunció que lo mejor sería ahorrar para poder costear convenientemente mis estudios. Mi madre protestó, pero él le pidió esperar hasta 2009. Y bueno… sabemos lo bien que cuesta estudiar en la UCSE.
¡Pero que va! Uno no se muere por no irse lejos en vacaciones. No obstante, pensé que sería muy lindo trabajar y ahorrar para llevar a mamá a alguna playa famosa por unas semanas, aunque para eso me faltaran años.

XI
A su tiempo, “Los derechos de la cueva” concluyeron su serenata. Ahora estaba un muchacho (demasiado “pintudo”) ejecutando tristes canciones en un saxofón. Mi mamá ya llevaba demasiado tiempo sin avergonzarme, y justo antes de que rompiera el récord, extrajo las flores del centro de mesa y plagó con ellas al pobre solista mientras gritaba: “¡¡Te queremos, “Juanpi”, te queremos!!”
¡Ay, qué mal! Varias señoras y señores elegantemente ataviados giraron sus cabezas para mostrarnos gestos grotescos y decirnos unas cuantas palabras “ordinarias”. Yo deseaba tener una bolsa de papel para desaparecer mi cara dentro de ella.
Interrumpida la música, el tal “Juanpi” o mejor, Juan Pablo, se puso de pie sacudiéndose el traje pues las flores lo habían enchastrado. Quitóse también los lentes oscuros, salpicados con la euforia de mi mamá (la cual siempre se aguza bastante con algo de alcohol)
¡El pobre! ¡No sabía donde guarecerse! En efecto, no faltamos los que escogimos la risa como primera reacción (mi caso: yo no tenía dónde esconderme; tuve que reírme).
Tampoco los que la escogieron inmediatamente después; hasta los que nos miraron mal se reían en ese momento.
Aún colgaban algunos desechos de flor de su instrumento cuando musitó: “Disculpadme” y desapareció de escena a la velocidad de la vergüenza.
Me sentía terrible… era extraño eso, ¡me reía de la desesperación!
Mi madre ya estaba sentada, sonriendo con los ojos cerrados. En realidad estaba por dormirse, es el síntoma habitual luego del ataque de euforia, que generalmente no la ataca a ella…
El padre de Alejandro incluso daba puñetazos en la mesa. Mi papá, riéndose también, intentaba despabilar a mamá. Y sí, ya era hora de irse (alrededor de 1:30 a.m.) o al otro día llegaríamos tarde a misa, aunque pensándolo bien, eso siempre terminaba ocurriendo…
-Mi amor, despertate. Dale, nos vamos a casa-
-zzzzz-
La hilaridad mermó lentamente, Alejandro tomaba gaseosa luego de una estridente carcajada. La única cara que ni se crispó fue la de “JJ De Los Ríos”. *

Luego del “bache” el Anunciador anunció que Juan Pablo Molina, el saxofonista español que justo estaba debutando en este país, no volvería al escenario, pero “qué noche nos espera, señoras y señores. Por supuesto, hay más números esperando. Por ejemplo: ¡¡¡A darle sabor!!!” y varios bailarines tropicalmente vestidos invadieron el escenario, prestos a sacudir salvajemente sus cuerpos.
Sólo podía pensar en lo mal que lo había pasado el pobre músico. No sabía si era muy famoso del otro lado del océano, pero definitivamente en ningún debut puede tolerarse la idea de pasar semejante papelón.
La gente se preparaba para marcharse (me refiero a “la gente” de mi mesa)
Pobre… es completamente inocente, no merecía esto.
-¿En qué pensás?- Era Alejandro.
-No, sólo que me siento mal por el chico músico. Creo que le hicimos pasar un muy mal rato. Arruinamos su show-
-No exageres tanto. No creo que se enoje mucho por eso-
-No, pero lo mismo no estuvo bien. Además quizás no esté enojado pero sí triste o desilusionado-
-¿Por qué no lo buscas y le pedís disculpas?-
-¡Pero mi madre es la causante, no yo!- Podía verla abandonar el sitio ayudada por mi padre, aún sonriendo, victoriosa.
-Aún así te ayudaría a sentirte mejor el encontrarlo y disculparte por ella ¿o no?-
Resolví intentar su idea, yo no tenía otra mejor.
-Decile a mi papá que me espere, por favor. ¡No! Si quiere que vaya, yo me tomo un remis; eso decile.-
-Con mucho gusto señorita- exclamó con una leve inclinación.
¿Ah? ¿Se burlaba de mí? Quise preguntarle por que me había dicho eso con acento tan acentuado de chupamedias, pero se alejó al instante.
Yo avancé al escenario dispuesta a encontrar a la víctima.
Un patovica intentó detenerme (por suerte sólo con palabras) pero llegué hasta el anunciador, al cual le expliqué mi necesidad, y me dijo dónde estaba Juan Pablo.
Allí detrás, en un rincón del cuarto de cocina estaba solo, como un estorbo, bebiendo de una oscura copa. Silencioso. Derrotado.
-¿Podré hablarle?- dije para mí misma.
-No lo sé. Ni ha dicho ni se ha movido nada en todo el rato. Parece un muerto.-
La voz era de una cocinera con ambas manos en una masa.
Caminé despacio y muy segura de lo que hacía dije:- Señor Molina.-
-¿Señorita?- me dio la cara, claramente triste a pesar de las gafas negras.
-Es… la primera vez que escucho su música… pero… ¿podría concederme un autógrafo?- la seguridad me había abandonado descaradamente.
A su tiempo, rodó una lágrima.

miércoles, 25 de marzo de 2009

OFERTA 3 EN 1

Aquí va. Espero algún comentario, crítica, queja, llanto, chiste, etc.


VI

Luego de varias noches, volví sobre este asunto de quién soy, pero reflexionando en mi ahora.
Si antes mi vida no hallaba un sentido aparente, ¿lo tenía ahora?
Bueno al menos yo sabía que ahora no me daba lo mismo que me fulmine alguna bala perdida. No señor, tenía que ver a Alejandro por lo menos una vez más.
Sí, esto podía compararse con una meta o propósito, pero ante todo para mí representaba un problema, un complejo.
Sí, esta indiferencia ante la muerte ha sido desde hace un tiempo una especie de indicador de equilibrio en mi vida. Y yo no puedo estar tranquila si algo obstaculiza este equilibrio. Asuntos inconclusos, cuentas no saldadas, casos sin cerrar, perturban mi existencia.
Todo eso debe terminar.


VII


Con tanta lectura, estudio y parciales se me volaron un par de meses más. Pensaba en Alejandro como una deuda de vida, algo que no me dejaría en paz ni aun en el otro mundo. Pero más de una razón me impedía resolver este conflicto; estaba atada a un giro del destino.
Sin darme cuenta, una noche (bien profunda) tomé el directorio privado de mis padres y busqué el maldito apellido. Digo "sin darme cuenta" no sólo para justificarme, sino también por lo inconsciente del acto: en ningún momento preví las consecuencias. ¡Ja! ¡Si hasta disqué en ese mismo momento!
Sonó cuatro veces y nada. Mi organismo aceleraba sus procesos (respiratorio, cardiovascular, nervioso) y nadie contestaba mi súplica.
Corté, y en shock apreté el botón de REDIAL.
Sentía el vacío, lo palpaba, sentada en la oscuridad de mi alma, con los ojos sudorosos y las plantas de los pies dobladas.
-¿Hola?- Sentí mi corazón detenerse. -¡Hola!-
Podía ser él o el padre, ya no importaba.
El silencio cortó la voz. Yo corté el llamado.


VIII

Mi madre me ama. Mi madre me preguntó por qué tanta angustia y la mandé al carajo contestándole que era plenamente feliz. Mi madre me recomendó salir y descansar en la hierba del patio. Mi madre no tiene idea.
Desde la pasividad, las nubes parecían rápidas. Me sentí muy idiota al recordar un dibujo animado en el que un niño viajaba sentado en una nube, hasta que aprendió a volar por sí mismo. Suspiré y cerré los ojos para imaginar que volaba.
Luego me abordó la siguiente indignación: "¡Qué cosa! Yo acá sufriendo y el otro ¿qué habrá hecho con mi fotografía?"
Dejé que los días pasaran un poco, pero la tregua no duró mucho. En vista del crecimiento de mi ansiedad decidí volver a arriesgarme.
Mientras mis padres dormían su habitual siesta, empuñé el tubo y violé el directorio privado por segunda vez.
"De Los Ríos... ¡ahá!"
Tembloroso, mi índice marcó uno por uno los dígitos. Esperé el tono...
-¿Hola?- Era una voz femenina.
-Hola, buenas tardes. ¿Se encuentra Alejandro?-
-Sí. ¿De parte?-
-Anahí, una amiga-
-Momento por favor.-
Esa voz tan fría y poco chillona no podía ser la madre de Alejandro... Alejandro, maldita palabra...
-¡Hola!-
-¡¡Hola!!-
-¿Anahí?-
-Sí. ¿Alejandro?-
-No. Digo, sí.-
¡Cuanta estupidez, por Dios Santo! ¡Reíamos como un par de hienas en la sabana!
-Ah, bueno… yo… no más quería saludarte.-
-Gracias. Y a las tres de la mañana… ¿que se te ofrecía con tanta urgencia?-

miércoles, 4 de marzo de 2009

La continuación...

La irracionalidad de lo acontecido no se comparaba con el caos en la mente de los niños. Cuando sus ojos llegaron al cuerpo que yacía inerte frente a ellos intentaron, numerosas veces y en vano, reconocer a su madre. Pero entre la sangre y las magulladuras, todo lo que veían eran ojos inexpresivos, llenos de lágrimas que esperaban ser derramadas. Mientras tanto en sus cabezas resonaban los golpes, los gritos, las súplicas, el horror... el triste y profundo sonido de su alma desgarrándose.

¿Quién era el culpable? Acaso fue culpa suya por no dejar dormir a su papá? Quizás fue porque papá no pudo soportar más el haber regresado a casa con las manos vacías de nuevo; o habrá sido porque ese día mamá, cansada de recibir golpes y gritos, decidió responder y enfrentar cada una de las acusaciones de papá?

¿Qué desencadenó todo?... ¿Cómo escapar?; ¿A dónde?

Su padre, (el hombre que todavía permanecía en la habitación), no era más su padre. Ahora el representaba un peligro inminente, un peligro al que no sabían como enfrentar; al volver a tomar conciencia de su situación, al reintegrar sus mentes a la realidad el pánico volvió y tomó fuerza.

miércoles, 11 de febrero de 2009

la historia no se corta. 2 EN 1

IV


Sin ningún otro suceso ni comentario especial (o desubicado) nuestra cena concluyó a eso de las diez y media.
Los De Los Ríos, muy educadamente, llevaron cada uno sus platos y cubiertos al fregadero y luego, la señora De Los Ríos insistió en lavar los servicios hasta que mamá sentenció:- ¡Está bien! ¡Pero sólo si yo te ayudo!
Finalmente, las señoras dispararon para la cocina como si fuera un evento de la competencia “la mejor ama de casa”, dejándome sola con los tres hombres.
El señor De Los Ríos sacó unos habanos de su saco e invitó a mi papá a fumar en el living. Yo me quedé quieta mirando una pintura del comedor como si esa no fuera mi casa.
Cuando los dos se hubieron ido, no sé por qué empecé a cantar.
“Wishing on a dream that seems far off. Hoping it will come today...”
-Cantás muy bien.-
¡Ahora recuerdo! Lo hice porque pensé que estaba sola.
-Gracias- dije por decir algo.
-Y tenés muy buen inglés además-
Sonreí despacito y repetí lo último que había dicho.
Hubo luego un instante de silencio en el que por fin pude contemplar su rostro y su mirada sin rodeos. Él estaba haciendo lo mismo conmigo, por lo tanto ya no sentía culpa de observarlo directamente.
“Pero que ojos tan hermosos” pensé al ver esas luminosas joyas negras cargadas de sinceridad y juventud aún impregnadas de cierta curiosidad.
-Estuvo muy rico-
-¿Qué?- ¿De qué hablaba?
-La comida. Tu mamá hace ricos ñoquis-
-Ah, ¿los ñoquis? Los hice yo.- comenté distraídamente.
Levantó la ceja derecha con una sonrisa, pensando aparentemente “¿Qué tal?”
De repente, me alarmó el pensamiento de estar cayéndole muy bien.
-Pero la salsa la hizo ella. ¡Y la hace como ninguna! Ese toque justo de laurel, la combinación perfecta de…
-A mí me gustó la salsa, pero los ñoquis… estaban exquisitos-
Iba a decir “gracias” pero me rehusé a utilizar esa palabra por tercera vez en la misma conversación.
-Eso es muy… (pensando) amable de tu parte-
Hubo un rato antes de que dijera:-¿Y que tal si intentamos algo juntos?-
-¿¡Cómo!?-
-Digo, por que yo toco la guitarra y como vos tenés linda voz me parece una buena idea que saquemos algún tema…- Me quedé shockeada. ¿Cómo pude imaginar que…? -…acompañarte tocando mientras vos cantás. Eso, claro, si querés.
Hubo un rato de silencio.
-¿Y como qué tocás?- inquirí.
-De todo, folclore, tango, canciones populares… Estoy juntando para la guitarra eléctrica y seguir con el rock, el blues.-
-Qué bueno…-
-¿Y vos como qué cantás?- preguntó sonriendo.
-Tampoco tengo muchas preferencias. Romántico, pop, folclore, canciones en inglés. Eso sí, cumbia no.-
-¿No? ¿Por qué?-
-Es que no me gusta la cumbia. En realidad, la detesto.-
-A mucha gente que dice eso en realidad sí le gusta la cumbia. En el fondo la cantan y si van a los boliches la bailan muy contentos.-
-Bueno, pero este no es el caso-
-Ja, ja, ja-
Se quedó ahí, al parecer esperando que yo también me riera estúpidamente y al final, algo en mi rostro le borró la sonrisa de la cara.
-Bueno sí, supongo que hay excepciones.-
-¿Cómo te llamás?- Quería saber si tenía otro nombre aparte de Alejandro.
-Alejandro.-
-¿Alejandro cuanto?-
-De Los Ríos, Alejandro De Los Ríos-
-No, tonto, tu segundo nombre-
-¡Ah! Alejandro Tonto De Los Ríos me llamo.-
Ahí sí tuve que reírme. Al parecer era de esos payasos que disfrutan que la gente se ría aun de ellos mismos.
-No, nooo. David me llamo también pero no me gusta.-
-¿Por qué?-
-No sé, siento que ese nombre no va conmigo, que no pega.-
-¿Y qué nombre pegaría?-
-No sé. Martillo.-
Tengo que admitir que soy muy propensa a reírme de tonterías como ésta, sobre todo cuando el hielo está roto, pero este chico se estaba pasando.
-Y vos sos Anahí…-
-Marité Regazzoni.- concluí yo.
-¡Oh! Nombre de estrella.-
-¿Eso fue un piropo?-
-¿Qué? No para nada. No soy de piropear a las chicas. Se les sube el ego muy rápido-
-¿Y a los chicos?-
-A los chicos se nos sube la autoestima-
-Ah, claro. Qué vivo.-
-¿Es un piropo?-
-Como veo que tu autoestima no está nada baja, no creo necesario piropearte.-
-Pero lo hiciste.-
-No, y además vos empezaste.-
-Eso no fue un piropo.-
-Lo de vivo tampoco lo fue.-
-Bueno, ojitos de miel.-
-No, ¡no vas a ganar! El hecho de que me hayas hecho un cumplido no significa que yo también lo haga.-
-¡Pero si ya gané! Acabás de demostrar lo que dije.-
-¿Qué cosa?-
-Lo del ego de las chicas.-
Abrí la boca, sorprendida. Era uno de esos momentos en los que no sabés si reírte o gritar.
Me guiñó un ojo pícaramente, apuntándome con el índice y chasqueando dos veces con la lengua.


V


Al final, Alejandro se había ido sin darme un número o una dirección, sin besarme en la mejilla, como lo haría cualquier muchacho "educado". Sólo me dijo "¿Te puedo sacar una foto?" y, sin esperar respuesta, desenfundó un celular de no sé dónde y disparó. Acto seguido, desapareció fugazmente.
¿Como pude vivir sin él tanto tiempo? Luego de su partida me di cuenta de que por tenues momentos me había sentido importante, apreciada, valorada, necesaria.
Y hora sólo estaba tirada en el lío de sábanas y almohadas que llamaba cama tratando de recordar el argumento de mi existencia antes de conocerlo.
¿Quién era yo? ¿La hija de un matrimonio adinerado que estudiaba abogacía en la UCSE con vistas a graduarse en el 2012? ¿Una soltera sin historial romántico esperando "el temblor"? ¿Una chica más que no le veía el sentido a la vida y que de un momento a otro inminentemente se suicidaría?
Ningún papel parecía encajar perfectamente conmigo.
Me incorporé cuando escuché el ruido del portón y el auto. "¿Qué hora es?" No se veía nada; la luz natural era casi nula.
Bajé al comedor y encontré a mi mamá tejiendo.
-¿Tenés hambre mi vida? Quedó comida; calentate un plato en el microondas-
-No, mamá ¿Qué hora es?-
-Deben ser las diez-
Miré el cuadro que había observado tanto esa misma tarde.
Nunca entendí que significaban todas esas luces, a lo lejos.
¿Eran faroles? Pero estaban desalineadas... ¿Eran antorchas?, ¿estrellas?... ¿ojos?