...yo.

XD
I
Inevitablemente, el cielo estaba azul ese domingo. Me hallaba en el conflicto de no tener ninguna excusa para faltar a misa.
Me levanté pesadamente y luego de que el sol inundara mis ojos, reparé en que eran las 8 AM. Suspiré profundamente. Tocaron la puerta; luego se abrió.
-¡Vestite rápido Anahí! Dale, dale-
Mamá, siempre tan simpática.
Odiaba bastante ser la única hija del matrimonio Regazzoni; ya descubrirán por qué.
Me tardé casi diez minutos en decidir si iba con el vestido coral con flores blancas o con la camisa blanca y la pollera violeta.
A las nueve menos diez, mi papá estaba volviendo locos a todos con la bocina y me vi salir corriendo con una blusa rosa y una falda amarilla bastante fea.
Llegamos a la Catedral a tiempo para la estrofa final de la canción de apertura, pero nos fuimos puntuales.
Subimos al auto y mi papá, al parecer, había perdido las llaves.
Mientras las buscaba, pensé en que ya se había volado por la ventana otra semana más y que quizá era esa una de las pocas variaciones en la rutina semana a semana (me refiero al hecho de que perdiera las llaves).
Me sentía atrapada en un inmenso laberinto que en realidad no tenía salida. Los días parecían sucederse tan rápido y mi vida casi había perdido el sentido por completo.
Abrí el bolso y saqué el celular. Ningún mensaje, ninguna llamada perdida.
Al llegar a casa, me cambié de ropa y mamá me pidió que cocinara ñoquis. Increíble, ya estábamos a 29 de Marzo.
Lo primero que hice fue revisar la alacena. ¿Harina? Hay bastante ¿Papas? Sólo dos. Tampoco había los tomates suficientes.
Tomé mi monedero pensando en que talvez, si comíamos el guiso que había quedado de ayer, no tendría yo que gastar mis últimos pesos.
-¡Mamá!- grité.
-¿Qué?- su voz me llegó como apagada.
-¡Dame plata!-
-Ahora no puedo, estoy en el baño-
-Si querés que te haga los ñoquis me vas a tener que dar plata-
-Dejame que estoy ocupada-
-¿Qué estás haciendo?- se me escapó a mí.
-Anahí, ¿qué hacés vos cuando entrás al baño?- me susurró mi papá, entrando a la cocina, con una sonrisa burlona pero con un toque de reproche en su expresión.
-Perdón, lo dije sin querer- aseguré yo, también en voz baja.
Al cabo de un rato no muy largo, mi mamá se me acercó y me entregó un billete con la cara de Belgrano, sin decir una palabra. Yo, automáticamente, tomé las llaves y salí.
El coche todavía estaba en la calle. Talvez salgamos más tarde, me atreví a pensar yo, ilusionada. Como el portón del garaje era muy difícil de abrir mi papá acostumbraba guardar el auto sólo si estaba seguro de que no iba a necesitarlo de nuevo ese mismo día, aunque a veces también lo dejaba afuera “por si acaso” y lo metía a la noche. Aún así, es posible me dije sin poder reprimir una sonrisa.
Por fortuna, Don Juan, el almacenero de la esquina, tenía todo lo que yo necesitaba y a un buen precio. Incluso me alcanzó para un poco de queso rallado.
Venía con la bolsa en la mano derecha y las llaves en la otra. Me paré frente a la puerta e intenté meter la llave en la cerradura con mi mano no útil, con el resultado de producir mucho ruido y dejar escapar el llavero al suelo.
-¡Uff!-
Me agaché y cuando agarré el sapito verde (mi llaverito) se abrió la puerta y pude contemplar un par de zapatillas truchas que pretendían ser unas puma.
Me quedé quieta un momento ante tal visión y luego fui levantando la cabeza lentamente, trepando con mis ojos primero por unos pantalones verdes y luego por una camisa negra…
Finalmente me topé con dos oscuras perlas que me observaban con curiosidad.
SELF-REVIEW
ResponderEliminar☻Bueno, realmente no me sentía muy animada a publicar este cuento, no me gusta como comienza.
☻Pude desarrollarlo, hasta un capítulo IV, pero lleva estático ya un mes.
☻Dependiendo en como caiga al público, publicaré la continuación.
la verdad que como lector aficionado de este blog, (aparte que no tegno otra cosa mejor que hacer,-en realidad si tengo pero no quiero). Me parece que esta bueno el cuento son cosas tan comunes que finalmente te terminan atrapando, por favor continua con el cuento quisiera saber como sigue... saludos y sigan asi chicas
ResponderEliminarMi apoorte:
ResponderEliminarYo leí hasta el capitulo IV, a mi me parece que salvo retoques pequeños que hacen a que la idea sea explicitamente expresada el cuento esta bueno... me gusta mucho como escribis, sabes que hay otro que me "muero" por que publiques no?
Gracias por el piropo. Vos sos una gran escritora para mi, y de seguro que para muchos otros también lo vas a ser en la medida en que vayan leyendo mas personas este blog.
¿Quiénes son a todos a los que volvía loco el padre? ¿Dos personas? ¿Todos los vecinos?
ResponderEliminar“Talvez salgamos más tarde, me atreví a pensar yo” Creo que el “yo” esta sobrando. No recomiendo el uso de Itálicas
“Aún así, es posible me dije sin poder reprimir una sonrisa.” Pondría una coma después de “posible” y sigo sin recomendar el uso de Itálicas.
Gracias por compartir hay que seguir escribiendo :D