miércoles, 31 de octubre de 2007
Conciencia
Sentada en la cama, con la mirada perdida, se abandonó a las fantasías. Su mente salió del oscuro cuarto para adentrarse en la casa de la esquina, en la ventana azul. Allí, en ese fatídico lugar vio por última vez a la que alguna vez creyó su amiga; al entrar a la habitación, al igual que ese día, encontró las cartas sobre la cama y un retrato sobre la cómoda... "Maldita traidora". Nunca antes se había sentido tan burlada, burdamente engañada. Repentinamente regresó al oscuro cuarto, a la tranquila soledad, la insoportable realidad había vuelto a ser parte de ella... Ana seguía en la morgue, no había vuelta atrás... sólo le quedaba fingir, hasta la muerte.
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