Infierno de color hostil
Invierno de calor senil
Yo sé que estás lejos porque lo elegís
Y sé que en la oscuridad vil
Me carcome la imaginación de tus labios
Arrancándome la carne de los huesos
La música estalla en mi cuerpo
Cura el veneno de los sentimientos
La música es mi templo
La vía de comunicación de mi pensamiento
Y en la luz, sé que se desfiguran los tonos
Que se ciegan los tálamos
Que las ninfas mueren, esperando la perfección
Así muere mi paciencia
Así morís vos
Y yo, tomada sin saberlo de la mano de la soledad
derramo en las noches, orgullosas lágrimas
invisibles a todos, menos a Dios.
Y es triste porque no creo en Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario