en soledad recojo mis horas, sus espejos, sus colores, se suceden sin tregua
arrodillo mi paciencia, rompo cadenas hasta hartarme, o al revés. Me pregunto si alguna vez releeré esto riendo, pensando en lo loco que fue, recuerdos; en que quise ser la compañera de tu vida aunque nunca te lo dije. En que quisiste ser el compañero de mi vida y lo dijiste. Es raro todo. Es cierto que en el fondo yo quiero (ahora) ser la compañera de tu vida y no te lo digo porque lo que no quiero es jugarme. No estoy convencida aunque sí muy enamorada. Más que seguridad siento miedo. Miedo y amor. Mucho, amor. Hasta siempre, recuerdos.